Rentabilidad en la innovación


IoT esta mas presente que nunca en nuestro entorno
IoT esta mas presente que nunca en nuestro entorno

En posts anteriores hemos ido contando el proceso que tiene que seguir un nuevo equipo hasta llegar a la etapa de comercialización. Este proceso, puede complicarse aún más, cuando se trata de nueva tecnología, como puede ser el caso actual de tecnologías de comunicación IoT. En este caso, no sólo tenemos las complejidades de las especificaciones técnicas, la homologación y posibles problemas en campo. A éstas, tenemos que añadir dos elementos más de incertidumbre:

Para empezar, a menudo nos encontramos con varias opciones tecnológicas entre las que decidir. En el caso IoT por ejemplo, existen diversas opciones como pueden ser LTE, Sigfox o LORA. Cada una de estas opciones están optimizadas para determinados casos de uso. Desde un punto de vista técnico, no es difícil decidir la más adecuada para nuestra aplicación concreta. Sin embargo, no podemos tomar esta decisión en base a un criterio tecnológico únicamente.

Además, debemos tener en cuenta cómo se están posicionando los diferentes actores, y me refiero en este ejemplo a las Operadoras. Que nuestro dispositivo funcione dependerá de si hay cobertura para la tecnología que hemos seleccionado en el lugar en el que nuestro cliente necesita ubicar estos dispositivos. Y estos planes de despliegue de cobertura son a menudo difíciles de prever.

Y por supuesto, la disponibilidad de los chipsets que operen en la tecnología seleccionada. Acceso a estos chips en sus etapas tempranas un factor clave para ayudar a nuestros clientes a conocer las tecnologías emergentes que continuamente salen al mercado. Además, estos nuevos chips requieren también su periodo de maduración y depuración.

Con todo lo anterior, también es fácil darse cuenta de que el despliegue de un número significativo de dispositivos puede traer aún más retrasos que los esbozados en posts anteriores.

Una vez superados todos estos hitos, y la “puesta de largo”, entramos en la ventana de tiempo en la que podemos rentabilizar nuestra inversión. Pero esta ventana no es infinita. En realidad, es bastante corta. El cliente suele ir con más cautela porque conoce el riesgo de una mala decisión. Pero en cuanto adquieren confianza de que la tecnología está llegando a su madurez, empieza a primar en los criterios de selección el aspecto precio. Y aquí es donde otros fabricantes, asentados en territorios donde les es posible fabricar más barato, son capaces de desbancar a la experiencia y el know-how.

«Es importante seguir añadiendo valor en cada nueva evolución del dispositivo, y también de ajustar al máximo los costes productivos aún manteniéndolos en el territorio español.»

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